Artículo: Claves del valgo de rodilla

Claves del valgo de rodilla
El valgo de rodilla es uno de los patrones más debatidos en la fisioterapia, el rendimiento deportivo y la readaptación. Durante años se enseñó que cualquier desviación de la rodilla hacia dentro era un error técnico a eliminar. Sin embargo, la evidencia más reciente nos obliga a matizar: el valgo no siempre es sinónimo de lesión, y en muchos casos es un movimiento natural que requiere control, más que prohibición.
En este artículo vamos a desgranar las claves científicas y prácticas sobre el valgo de rodilla: cuándo es lesivo, cuándo no, qué mecanismos lo explican y qué estrategias tenemos para abordarlo en clínica y en el rendimiento.
¿Qué es el valgo de rodilla?
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Estructural (estático): alineación en “X” entre fémur y tibia en bipedestación.
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Dinámico (funcional): colapso medial de la rodilla durante el movimiento, habitualmente asociado a aducción y rotación interna de cadera, rotación interna de tibia y pronación del pie.
Lo relevante clínicamente no es la foto estática, sino cómo se comporta la rodilla bajo carga. El valgo dinámico es un patrón multiplanar que puede ser adaptativo o lesivo según su magnitud, velocidad y contexto.
¿Cuándo se considera lesivo?
La literatura lo vincula principalmente a tres escenarios:
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Lesión aguda de LCA
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Aterrizajes o cambios de dirección con colapso brusco.
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Momento de valgo elevado = predictor clave de ruptura en estudios prospectivos (Hewett et al., 2005).
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Dolor femoropatelar
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El valgo aumenta la rotación interna del fémur y desplaza la rótula lateralmente.
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Esto incrementa la presión en faceta lateral y favorece dolor anterior de rodilla.
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Sobrecarga crónica lateral
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Genu valgo estructural severo redistribuye las cargas hacia el compartimento externo.
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Asociado a artrosis lateral y degeneración meniscal con el tiempo.
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¿Cuándo no es necesariamente perjudicial?
La evidencia más reciente nos invita a no demonizar cualquier valgo:
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Sentadillas pesadas: un valgo leve y transitorio al superar el “sticking point” puede ser normal y no aumentar lesiones. De hecho, se ha descrito mayor activación glútea y aductora en estos casos (Chiu, 2024).
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Atletas adaptados: algunos deportistas presentan valgo funcional como estrategia estable de absorción de fuerzas, sin que ello implique lesión.
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Genu valgo leve sin síntomas: es una variante anatómica frecuente y no requiere corrección mientras no haya dolor ni disfunción.
Conclusión: no todo valgo es malo; lo peligroso es el valgo excesivo, rápido y sin control neuromuscular.
Claves biomecánicas
El valgo dinámico rara vez es “culpa” de la rodilla en sí. Es un reflejo de la interacción entre:
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Cadera: déficit de glúteo medio/mayor → aducción y rotación interna femoral.
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Rodilla/muslo: desequilibrio entre vasto medial vs. lateral o isquios mediales vs. laterales.
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Tobillo y pie: limitación de dorsiflexión o hiperpronación → rotación interna de tibia.
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Core: pobre control pélvico favorece inclinaciones y caída medial de rodilla.
Evaluación práctica
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Single-leg squat o step-down test: sencillo, válido y muy revelador.
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Drop jump con grabación frontal: permite objetivar magnitud y simetría.
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Movilidad de tobillo (knee-to-wall): descartar restricción distal.
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Observación de pelvis en apoyo monopodal: detecta déficit proximal.
Estrategias para intervenir
La literatura actual señala que el abordaje debe ser multifactorial:
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Educación y control técnico
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Feedback visual o bandas elásticas sobre rodillas.
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“Rodilla sobre 2º dedo”, “pie completo contra el suelo”.
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Fortalecimiento de cadera
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Paseos laterales con banda, hip thrust, abducciones/rotaciones externas.
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Trabajo específico de rodilla
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Split squat con compresión medial, énfasis en VMO.
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Ejercicios que recluten isquios mediales.
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Pie y tobillo
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Intrínsecos plantares (short foot).
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Movilidad de dorsiflexión.
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Plantillas en casos seleccionados.
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Pliometría progresiva
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Aterrizajes controlados desde baja altura.
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Cambios de dirección graduados, siempre con feedback.
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Mensajes clave
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Un poco de valgo puede ser normal: lo importante es que sea controlado.
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No hay técnica universal perfecta: depende de anatomía, adaptación y contexto.
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Primero control, luego velocidad/carga: la progresión es la base de la prevención.
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El pie y la cadera mandan tanto como la rodilla.